Arena de contrastes

Hace unos meses, realizamos un nuevo crucero. Esta vez por Oriente Medio.
En el MSC Virtuosa una nave nueva que ofrece una experiencia aceptable, aunque lejos de otras navieras y barcos. Un punto remarcable es el de los dos espectáculos, Arkemya y Ajedrez, que ofrece una troupe ambulante del Cirque du Soleil.

Los Emiratos Árabes Unidos y Qatar han sido los destinos, representados por las ciudades de Dubai, Abu Dhabi y Doha, además de la isla de Sir Yani Bas.

Partimos de la Nueva York de Oriente Medio, donde llegamos con la impecable aerolínea Emirates. El invierno en Dubai es una primavera cálida, convirtiéndose en un infierno cuando llega su verano, de mayo a octubre. Y siempre acompañada por una neblina arenosa, fruto de su integración dentro del desierto, que perjudica la visión de los edificios que afloran por la noche con sus espectaculares iluminaciones.

El oro negro lo invade todo en forma de rascacielos. Todo un laboratorio donde arquitectos, principalmente occidentales, hacen auténticas maravillas. Ciudad creada de la casi nada hace unos cuarenta años, cuenta con el edificio más alto del Mundo, el Burj Khalifa de 828 metros. Una nueva torre de Babel, con una base en forma de mall con más de dos mil tiendas. Una auténtica locura, redondeada con un casi gemelo del hotel W de Barcelona, el Burj Al Arab, donde han creado una calificación inexistente de siete estrellas…

La isla de Sir Bani Yas es un intento de remedo de Labadee (Haití) y Cococay (Bahamas), de Royal Caribbean, sin mucho éxito. El Caribe es algo excepcional en cuanto a la posibilidad de disfrutar de la playa. El viento moviendo la arena artificial estropea la escala en esta isla del Golfo Pérsico.

Abu Dhabi, la capital de EAU, es una suma de islas que genera más sosiego que su hermana mayor, en cuanto a habitantes. Podríamos hacer una comparativa con Nueva York y Washington. La pieza clave de esta ciudad es la gran mezquita, la cuarta del Mundo. De construcción reciente y de un mármol blanco que golpea a la vista por su belleza. Como también golpea al sentido espiritual el centro comercial ubicado en la base de la misma.

Doha, la capital de Qatar, es una ciudad más armoniosa y tranquila que Dubai. Una urbe más acabada, a pesar del despliegue de obras que se están realizando con motivo del Mundial de fútbol que se realizará a partir de noviembre de 2022. El anfiteatro de Katara para más de cuatro mil espectadores al lado del mar, que mezcla estilos clásicos griegos y detalles de construcción árabe, vale la pena verlo.

Para finalizar, ya de regreso a Dubai, la mejor actividad: la cena en el desierto de Rub al-Jali, a escasa media hora del downtown, donde además de la comida, el espectáculo, la puesta de sol, los camellos, el sand board y la henna, disfrutas de las fantásticas y enormes dunas, donde los conductores hacen auténticos equilibrios para mantener los 4×4 sobre sus ruedas. Una montaña rusa natural.

En definitiva, mezcla de culturas y de clases sociales, donde puedes ver Ferraris, Maseratis o Lamborghinis pasando por delante de una obra donde muchos obreros descansan tumbados en el suelo, todo ello acompañado por las llamadas a la oración desde los altavoces de los minaretes de las múltiples mezquitas.

No digo que no vuelva a Dubai, porque es un hub portuario y aeroportuario de primer nivel y nunca se sabe si tocará repetir en un futuro…

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J.A. Aguilar

Viajero y Escritor
A orillas del Mediterráneo

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